aftas bucales

Las llagas bucales o úlceras son manchas blancas o amarillentas en la boca que causan dolor al comer, hablar o cepillarse los dientes. Generalmente no son graves para la salud, pero sí muy molestas, ya que pueden interferir en la actividad diaria.

Las causas pueden ser mordeduras accidentales al comer o hablar, pero también pueden venir del tabaco o reacciones alérgicas.

Otras causas internas de las úlceras bucales, más comunes en niños y adolescentes, también pueden ser los cambios hormonales y el nerviosismo o cuando hay estrés o falta de sueño.

Las más frecuentes se producen especialmente en personas que llevan ortodoncia con brackets o prótesis dentales (fijas o removibles), ya que estos aparatos llevan arcos o ganchos que, si se sueltan, pueden sobresalir y clavarse en alguna parte de la boca.

Pero además, un sistema inmunológico débil también puede originar llagas o aftas bucales, además de otro tipo de problemas de distinta índole y naturaleza.

La buena noticia es que estas llagas suelen curarse por sí solas, pero mientras el organismo hace su trabajo, para aliviar el dolor que producen puede aplicarse bicarbonato en la zona afectada y luego enjuagar la boca.

El hielo aplicado localmente también es una manera eficaz de calmar el dolor que producen las aftas, y bajará la inflamación. El uso de una solución salina para acelerar la curación es válido, basta mezclar agua y sal y enjuagarse la boca.

Si las aftas son persistentes durante más de dos semanas hay que acudir al médico para que determine otros posibles desencadenantes.

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