Siempre hemos dicho que es necesario visitar al odontólogo al menos una vez al año, para tener una revisión profesional y completa de la salud bucodental.
Eso nos ayuda a tener cualquier problema que haya surgido controlado, y atacarlo a tiempo.
Pero, como no todos hacen un hábito esta visita obligatoria al dentista, vamos a detallar lo que pasa en una de esas sesiones.
Lo primero es que el dentista hará preguntas sobre el estado de salud general del paciente durante los últimos meses en los que no se han visto.
Claro que puede pasar que sea la primera vez en mucho tiempo que el paciente pisa un gabinete dental, por lo que, en ese caso, se llenará una ficha médica más completa.
El odontólogo preguntará sobre todas las situaciones médicas pertinentes para la atención odontológica, ya que la salud de la boca está interconectada con la del organismo en general.
También habrá preguntas sobre la higiene oral del paciente y dará consejos para mantener la salud bucal.
Después de esta conversación, viene la revisión en sí. Es un exhaustivo examen bucodental, en el que se observa cada una de las piezas, la mordida y los tejidos blandos como lengua, mejillas, paladar, piso de la boca y encías.
Pero allí no queda todo, también echará un vistazo a la mandíbula, el cuello y los ganglios linfáticos que se encuentran debajo del maxilar. El objetivo es detectar a tiempo bultos, hinchazón o anomalías que puedan complicarse con el paso del tiempo.
También tomará radiografías para visualizar lo que sucede en el interior de los tejidos.
Tras esta revisión, el dentista hará una limpieza dental, si es necesaria. Los instrumentos e insumos que use dependerán de las condiciones de los dientes.
De ser necesario algún tratamiento o cirugías específicas, el profesional las explicará lo más detallado posible y expondrá el plan de acción, programando nuevas citas y exámenes, de ser necesarios.
