Muchas personas consideran que si se lavan los dientes con mayor fuerza más limpios quedarán, pero esto no es así. Si se genera una gran presión en el cepillado estaremos debilitando las capas exteriores de los dientes. A este problema se lo conoce como abrasión dental y puede generarse cuando el cepillo de dientes (u otro objeto) genera una fricción excesiva sobre la superficie de los dientes provocando un desgaste en el esmalte.
En algunas ocasiones se puede notar un incremento en la sensibilidad o pequeñas muescas que se ven en la base de los dientes, si notaste esto es posible que estés provocando una abrasión dental, lo que significa que ha llegado el momento de evaluar la manera en que realizas la higiene de los dientes, si tienes dudas recuerda que el dentista te podrá ayudar.
Esto no quiere decir que debas dejar de cepillarte los dientes, seguramente será necesario usar un cepillo con cerdas más suaves y no ejercer tanta presión. Los expertos en la materia consideran que un cepillado muy fuerte es una de las primeras causas de abrasión dental, lo mismo que si se llega a usar otro objeto que friegue de manera continua los dientes, por ejemplo, emplear palillos dentales o tener un piercing en la lengua o en la boca.
En otras oportunidades la abrasión de los dientes se podrá dar por las dentaduras mal fijadas o los retenedores. Incluso se puede pensar que una mala elección de la pasta dental puede ser bastante la culpable, especialmente cuando se escoge una muy abrasiva.
Es muy importante proteger la estética de los dientes, pero también es fundamental cuidar su función Si se desgasta el esmalte dental se podrán ocasionar algunos problemas dentales graves, por ejemplo, incrementar la aparición de sensibilidad dental tanto al frío como al calor. Además, tenemos que saber que la capa que protege los dientes ayuda a evitar infecciones. Cuando la abrasión dental no se diagnostica y trata a tiempo podrá requerir realizar un empaste dental y en otros casos se necesitará la colocación de una corona.
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