lavar cepillo dental

El cepillo de dientes es una herramienta delicada, que debe protegerse de agentes que pueda provocar enfermedades en nuestra boca, u organismos en general, o empeorar las ya existentes.

Hay maneras de mantener a raya el riesgo bacteriano en el cepillo de dientes que hoy en día se vuelven más necesarias, para evitar contagios por COVID-19.

El objetivo es no permitir que el cepillo dental (eléctrico o manual) pase de ser el principal aliado de la salud, al peor enemigo.

Su trabajo es infecciones o enfermedades como el sarro, caries, enfermedad periodontal y otras más en nuestra boca.

Pero alguien tiene que cuidar al cepillo dental, para que su trabajo sea óptimo. ¿Cómo? Previniendo la aparición y proliferación de las bacterias, gérmenes u hongos en las cerdas.

Investigaciones científicas ya demuestran que las bacterias no solo son capaces de crecer y reproducirse en las cerdas del cepillo, sino que también tienen la capacidad de transmitir por todo el cuerpo los microorganismos responsables de enfermedades.

Algunas de esas bacterias son salmonela, e. coli y estreptococos, otras de carácter respiratorios y más. Todas pueden estar entre las cerdas del cepillo dental.

Por eso, el Ilustre Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia (Incoev) recomiendan:

-No compartir el cepillo de dientes con nadie.

-Evitar el contacto cercano con otros cepillos.

-Cambiar de cepillo cada 3 o 4 meses.

-Cambiar el cepillo tras una gripe, resfriado o infección bucal, ya que los gérmenes pueden permanecer en las cerdas y reactivar la infección.

-Tapar las cerdas con una funda y colocarlo en posición vertical.

-Guardarlo en un lugar no húmedo (el baño no es el lugar idóneo, porque es muy húmedo en comparación a otros lugares de la casa).

-Enjuagar el cepillo con agua a presión tras su uso para eliminar restos de saliva y pasta dentífrica.

-Esterilizar si es posible.

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