El verano es sinónimo de calor, de actividades al aire libre y de relajación de horarios y normas; precisamente, tres cosas que pueden provocar la aparición de patologías bucodentales.

La caries y la gingivitis están allí, esperando a atacar cuando las condiciones se den en tu boca, y durante el verano pueden conseguir esa oportunidad.

Resulta que el aumento de las temperaturas, de la exposición solar, de la actividad social y de la práctica de deporte provoca que el organismo pierda mayores cantidades de agua y tenga que adaptarse.

Y la advertencia del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la VIII Región (Burgos, Palencia, Soria, Valladolid y Zamora) es que podría favorecerse la proliferación de bacterias en la cavidad oral.

El ente colegial recuerda que con la disminución de la saliva puede aparecer lo que se conoce popularmente como boqueras (queilitis angular), un ambiente idóneo para la proliferación de las bacterias de la placa bacteriana que aumenta el riesgo de desarrollo de caries o gingivitis.

Son estas situaciones bucales, junto a la halitosis y la hipersensibilidad, son los problemas bucodentales más frecuentes en época estival.

Las recomendaciones son: mantener una buena alimentación, con la ingesta de frutas y verduras, intentar mantener el cepillado diario tres veces al día, beber mucha agua y evitar el exceso de bebidas azucaradas porque producen caries más fácilmente.

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