Cuando hablamos de sensibilidad dental no podemos referir a la sensibilidad dentinaria o pulpar, las cuales por lo general implican reacciones a la temperatura o la presión, así por ejemplo las bebidas frías o alimentos calientes producen los síntomas más comunes.

Los dientes son sensibles a las altas temperaturas pero con menos frecuencia en comparación con las bajas o el frio, como referencia a tener muy en cuenta debemos saber que si un solo diente se vuelve sensible al calor, es un indicador de que el nervio del diente se está muriendo, debiendo recibir en tal caso un tratamiento en el canal radicular.

Para dicho tratamiento su dentista evaluará su historial dental y examinará su boca, solicitando placas de rayos X, que le permitirán ver si hay caries o un problema con el nervio, además de consultar acerca de los hábitos de higiene bucal. Otro factor a tener en cuente es el acto de rechinar o apretar los dientes, acción que puede contribuir a la sensibilidad.

Su dentista o endodoncista puede hacer pruebas para ver si es necesario llegar a un tratamiento de conducto radicular. Además se deberá tener en cuenta que un diente puede ser sensible al frío durante varias semanas después de recibir un relleno, ya que los metales en la amalgama (plata) pueden transmitir muy bien el frío a la pulpa.

Para tener en cuenta; Si el diente se vuelve sensible después de un relleno de profundidad, por lo general el problema desaparece en varias semanas, así como algunas veces el relleno es demasiado alto, lo cual pone mucha presión sobre el diente al morder, en tal caso su dentista puede reducir la altura del relleno, pero si la sensibilidad no desaparece con el tiempo, el diente probablemente necesitará un tratamiento de conducto inevitablemente.

Imagen: Flickr

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