Tener una bonita sonrisa es la mejor carta de presentación que se puede mostrar ante los demás, pero además de eso, representa un apoyo para tu cuidado general en materia de salud. Las caries son muy populares, pero eso no las hace más amables en el momento de curarlas.
Preservar una buena dentadura implica mantener un óptimo cuidado diario y realizar visitas periódicas al odontólogo para chequear que todo esté bien. Sin embargo, a pesar de los cuidados, existen muchos problemas que nos pueden llegar a afectar a lo largo de la vida.
La sensibilidad dental es uno de ellos y ocurre cuando la boca se ve expuesta a algún estímulo de forma muy rápida, como la acción del frío (comer un helado) o del calor (tomar un té). La razón de su aparición se debe a un desgaste en la superficie de la encía que deja algo desprotegido a los dientes haciendo que éstos absorban más fuerte cada sensación.
Como es lógico, una de las razones más fuertes que llevan a sufrir este problema es tener una mala higiene bucal, pero también se deriva de consumir muchos alimentos ácidos, usar cepillos dentales inadecuados o en malas condiciones, tener mucha placa bacteriana o utilizar dentífricos abrasivos.
Pero en este caso, no todo está perdido porque haciendo uso de algunas recomendaciones sencillas se puede mejorar en buena medida el estado del paciente. Por ejemplo, usar un cepillo dental vibratorio y reducir el consumo de alimentos muy ácidos.
Las caries
Y si es común que muchas personas padezcan de sensibilidad, aún más son las que sufren de caries, incluso desde la niñez y con posibilidad de que aparezcan en uno o más dientes. Implica el deterioro de las piezas dentales y si no son tratadas a tiempo, pueden provocar mucho dolor, o incluso, la pérdida de la pieza.
Cuando este tipo de problemas ataca, trae consigo ciertos síntomas que vale la pena conocer para poder actuar a tiempo antes de que el daño sea mayor. Para aclarar el tema, te dejamos a continuación los más comunes.
Molestia o dolor frecuente o punzante
La molestia se trata de un signo evidente de que existe un problema. A medida que el tiempo transcurre y no se brinda atención médica, puede llegar a convertirse en dolor. Esta molestia es más fuerte en el momento de comer o tomar algo y su permanencia puede ser momentánea o perdurable.
Mal aliento
El mal aliento es también conocido como halitosis y se puede presentar por diversas razones, pero la más frecuente es por problemas que se ubican a nivel dental, como las caries.
La razón de esto se debe a la gran acumulación de bacterias presentes en la cavidad que abre la caries dentro del diente, lo que a su vez, intensifica el problema. Esto puede llegar a provocar, incluso, que se sienta un mal sabor en la boca.
Sin embargo, no se debe confundir con el sabor amargo que se genera por otro tipo de afecciones de salud y que no tienen nada que ver con lo bucal. Por ejemplo, una persona puede sufrir de sabor amargo por causas como:
- Limpieza bucal deficiente que produce que muchas bacterias queden alojadas dentro de la boca.
- Problemas después de consumir los alimentos diarios, tales como reflujo o indigestión.
- La sinusitis por la acumulación del moco que debería salir a través de los orificios nasales.
- Cuando el hígado no está funcionando adecuadamente y, por ende, no es capaz de procesar bien las toxinas incluidas dentro de los alimentos.
- Intoxicación con ciertos tipos de metales, como el mercurio.
- Estar en período de gestación o por los cambios hormonales que se suscitan mensualmente por la menstruación.
Para ayudar en todo este proceso es posible seguir algunos tratamientos caseros muy útiles, como tomar bebidas depurativas, cepillarse los dientes dos veces al día y complementar este proceso con el uso de enjuagues bucales y seda dental, hacer una desintoxicación del cuerpo con productos naturales (sirve mucho comer un diente de ajo apenas despertar), entre otros.
Daños en la estructura de un diente
Las caries pueden producir roturas en las piezas dentales, e inclusive, significar su pérdida total si no se atiende a tiempo. Esto se debe a que debilita el esmalte dental, haciéndolo más vulnerable a los daños.
Otra forma de evidenciar este síntoma es fijándose en el color de las piezas dentales, pues una caries es capaz de causar cambios en la coloración de las piezas.
Un daño a la estructura menos frecuente, pero que igual puede ocurrir, es que se generen agujeros en el diente.
Sangrado al cepillarse
Existen personas que en el momento de cepillarse pueden notar que aparece sangre en las encías. Esto puede deberse a varias causas profundas como la periodontitis o la gingivitis, pero también por la presencia de caries.
Cuando esta situación ocurre por causa de las caries, es porque las bacterias en la cavidad bucal producen que las encías se vean afectadas, presentando inflamaciones, enrojecimiento y sensibilidad.
Sensibilidad dental
En los primeros sucesos de las caries, los cambios de sensibilidad son uno de los síntomas que se suscitan con más frecuencia y que son capaces de hacer sentir molestias al consumir alimentos calientes o fríos.
Aunque en muchas ocasiones se asocian a la sensibilidad vista más arriba, que es un problema de encías, puede que con resolver la presencia de la caries este problema desaparezca.
Absceso dental
Esto ocurre en las etapas avanzadas de las caries, produciendo una infección severa que se manifiesta a través de un bulto en las encías. A medida que avanza en este sentido, la inflamación es capaz de llegar a tapar por completo el diente e impidiendo que éste sea utilizado con normalidad.
Además de eso, también producirá otros efectos como la sensibilidad dental o el sangrado de encías en el momento de cepillarse.
Si presentas algunos de estos síntomas, es importante que acudas a tu odontólogo para hacerte un chequeo y tomar las medidas pertinentes para corregir el estado actual y evitar mayores daños.
