Hay dos tipos de extracciones dentales, una extracción simple que se realiza en un diente que se puede ver en la boca y que puede hacer directamente un desista convencional y la otra del tipo quirúrgico, cuando sucede lo contrario, situación donde intervendrá un odontólogo cirujano ya que se trata de un procedimiento complejo.
Los dentistas generales comúnmente hacen las extracciones simples, procedimiento en el cual el profesional afloja el diente con un instrumento denominado ascensor y a continuación utiliza otro llamado fórceps para extraer el diente.
En una extracción quirúrgica el procedimiento reviste mayor complejidad y se aplica cuando un diente pudo haberse roto en la línea de la encía o no ha entrado en la boca todavía. Este tipo de extracciones quirúrgicas comúnmente se llevan a cabo por cirujanos orales. En ellas el profesional hace una pequeña incisión (corte) en la encía, encontrándose a veces con la necesidad de extraer parte del hueso alrededor del diente o de cortar por la mitad la pieza dental con el fin de extraerlo.
Las extracciones simples se llevan a cabo usando sólo una dosis de anestésico local, pudiendo o no recibir medicamentos para ayudarle a relajarse. En cambio para una extracción quirúrgica, se administrará generalmente un anestésico local y anestesia intravenosa dependiendo del caso, ya que algunas personas pueden necesitar hasta anestesia general, en las que se incluyen pacientes con condiciones médicas específicas o de comportamiento, como en el caso de niños pequeños.
Cuando se recibe sedación consciente se puede administrar esteroides así como otros medicamentos, en el caso de los esteroides ayudan a reducir la inflamación y mantenerlo libre de dolor después del procedimiento.
Para tener en cuenta; durante una extracción dental se puede esperar a sentir la presión, pero no dolor, en este último caso o si se sienten pinchazos, hágaselo saber a su médico.
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