Los tratamientos de estética son cada vez más frecuentes en los dentistas. Muchas incluso se consideran actualmente como parte de rehabilitaciones bucodentales.
Los tratamientos estéticos de este tipo se dividen en dos grandes grupos: intraorales y extraorales. Los intraorales se realizan en los dientes, tipo blanqueamientos, carillas estéticas, etc. y los que se realizan en los tejidos blandos, mientras que los tratamientos estéticos extraorales son los de carácter reversible, alrededor de los labios y sus proximidades.
Los tratamientos estéticos, en cualquier parte del cuerpo, presentan peculiaridades claras desde el punto de vista legal y son tratamientos muy reclamados en los tribunales.
Un aspecto importante a tener en cuenta, es la habilitación que proporciona la titulación académica para realizar estos tratamientos estéticos.
Hay que diferenciar además entre dentistas odontólogos y dentistas médicos. Los médicos que son dentistas, sea por tener la especialidad de Estomatología, o por tener la Licenciatura o Grado de Odontología, pero no tienen ninguna formación específica en Medicina estética o cosmética, tendrían unas limitaciones similares a las de los odontólogos, según la Ley 10/86 sobre odontólogos y otros profesionales relacionados con la salud dental y la Ley 44/2003 «de ordenación de las profesiones sanitarias», en su artículo 6.
La mayoría de los materiales de relleno facial utilizados en Odontología están compuestos de ácido hialurónico.
Desde el punto de vista médico legal parece razonable poner en relación la utilización de técnicas de relleno facial o labial combinado con la realización de otros tratamientos odontológicos, como puede ser la colocación de una prótesis dental.
En las clínicas dentales, los tratamientos estéticos más comunes son la corrección de surcos mediante la aplicación de toxina botulínica o bótox y el plasma rico en plaquetas (PRP).
El Plasma Rico en Plaquetas se ha extendido en la práctica quirúrgica odontológica durante los últimos años, debido principalmente a que favorece la cicatrización de los tejidos blandos, facilita la regeneración cutánea, y contribuye a la regeneración ósea, pero debe hacerse sujeto a prescripción médica.
