En verano ocurren con mayor frecuencia traumatismos dentales, tanto en adultos como en niños y adolescentes. Es difícil predecirlos o evitar que ocurran, pero podemos estar preparados para atenderlos.
Pueden ser heridas abiertas o contusiones en la boca pueden afectar al labio, la lengua o las mucosas.
Los viajes, los deportes al aire libre y de contacto y las actividades que desarrollan durante la temporada estival pueden provocar un golpe en la cara que afecte la dentadura.
Por ello, el Consejo General de Dentistas publicó hace poco algunas guías de cómo actuar ante un accidente de este tipo.
Lo primero es acudir rápidamente al dentista, quien hará una revisión pertinente y evitar daños mayores.
También es ideal seguir estos consejos:
-Después del impacto se debe lavar y desinfectar la zona, así como comprobar el estado de los dientes y del hueso.
-En el caso de las luxaciones, el golpe desplaza al diente de su alveolo haciendo que se mueva, aunque sin expulsarlo del todo. Es importante no usar colutorio, ni tocar el diente.
-Si el traumatismo ha roto un trozo de diente, hay que vigilar que no esté dañado el nervio. En estas circunstancias, se recomienda recuperar y conservar el fragmento de diente roto en suero salino, agua o leche.
-Si el traumatismo ha sido tan fuerte que ha expulsado el diente por completo se debe recuperar sujetándolo por la corona (nunca por la raíz) no limpiarlo, ni enjuagarlo y acudir inmediatamente al dentista.
