niños miedo al dentista

Cada vez son menos las razones por las que los niños le temen al dentista y se establece con más claridad que ese temor viene de creencias negativas o heredadas.

Con la ayuda de los avances tecnológicos, ahora los dentistas dan menos miedo. Algunos tratamientos ya no requieren jeringas o tornos, por lo que el temor va pasando de moda. Menos en los adultos.

Se ha demostrado que los niños con la costumbre de visitar al dentista desde sus primeros años no sienten la llamada odontofobia, un trastorno de ansiedad que la mayor parte de quienes lo padecen prefiere eludir, evitando la visita al dentista.

Pero obtienen peores resultados: no ir al odontólogo cuando lo necesitamos, o no controlar periódicamente nuestra salud bucal, tiene graves consecuencias sobre la salud en general.

Los comentarios y actitud de los padres en el consultorio determinan la actitud de los niños y la que tendrán en el futuro.

Los adultos pueden disminuir su ansiedad con información y eligiendo profesionales e instituciones que garanticen bienestar y relajación durante la atención odontológica. Pero en los niños el miedo es irracional y es muy difícil combatirlo.

Consejos para superar el miedo al dentista:

-Indagar por qué siente miedo. Muchas veces es por algo que escuchó o le dijeron, o la influencia de vídeos y dibujos animados.

-Explicarle la importancia de mantener la boca sana si se trata de una visita de rutina, o por qué es importante la atención odontológica si tiene problemas de mordida o caries.

-Visitar el centro odontológico antes de la consulta, para que lo conozca y se familiarice con el ambiente, los instrumentos, procedimientos, ruidos y olores.

-Acompañarlo y mantener una actitud tranquila y optimista. Conversar con el odontólogo y estimular al niño para que también lo haga.

-Si el niño tiene miedo, apoyarlo para que lo verbalice. Los odontólogos están preparados para responder adecuadamente.

-Procurar que el dentista mantenga una buena comunicación con el niño, y le explique cada una de las maniobras que va a realizar.

-Enseñar al niño algunas técnicas de relajación y respiración. Si el caso es grave, últimamente se han desarrollado terapias cognitivas de conducta que pueden ayudar.

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