Cuando de niños se comienza la protección de la salud oral a través de una buena rutina de higiene dental, el camino hacia una dentadura perfecta comienza, ya que a medida que se crece con una solida base de higiene dental, se puede gozar de una excelente dentadura de adultos, según explican los especialistas.

Los dientes de leche o la primera dentición se encargan de generar el espació para la ubicación de los dientes permanentes, pero si se pierden tempranamente por efecto de las caries, los dientes adultos pueden desplazarse conduciendo a una mayor probabilidad de utilizar aparatos correctivos más adelante en la vida.

Debido a que los dientes de leche tienen una cubierta más delgada de esmalte en comparación con los dientes permanentes, se descomponen más fácilmente y según una encuesta reciente más del 40 por ciento de los menores de cinco años tienen algún tipo de caries en los dientes, así como un 12 por ciento ya tiene un arreglo o más.

Por ello el cepillado de los dientes como habito adquirido a temprana edad incentivado y controlado por los padres será la base para alcanzar una buena salud dental adulta.

La mayoría de los bebés comienzan la dentición entre los seis y nueve meses, meses antes o después, desde la Asociación Dental Británica, se aconseja a los padres que inicien la limpieza dental en sus hijos tan pronto como el primer diente empieza a cortar, con una muy pequeña cantidad de pasta dental, utilizando su dedo meñique, en lugar de un cepillo.

«En esta etapa se trata de que el niño comience a percibir una acción que deberá incorporar para el resto de su vida diligentemente como parte de la rutina diaria, que le proporcionará una dentadura saludable”.

Imagen: MF

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