Tener una sonrisa perfecta de forma natural es bastante improbable. Los dientes tienen capacidad de movimiento durante toda su vida, y es la razón por la que podemos notar un desplazamiento de alguno de ellos en algún momento de nuestra vida. La solución la encontramos en un tratamiento de ortodoncia, que actualmente es una de las profesiones mejor valoradas y ha conseguido implementar sistemas tan novedosos y cómodos como el invisalign o el incógnito, para reforzar estéticamente el proceso de tratamiento.
Los motivos por los que deberíamos plantearnos un tratamiento de ortodoncia son los beneficios que nos aporta una correcta alineación y mordida:
- La limpieza de dientes y encías
- Ayuda a evitar otras enfermedades como la periodontitis, ya que no quedan zonas donde pueda acumularse la placa bacteriana incontroladamente e inflamar las encías
- Disminuye el desgaste dental causado por bruxismo
- Reduce el estrés en la articulación de la mandíbula debido a patrones incorrectos de mordida (causas de ATM)
Si bien no hay garantía de que el enderezamiento de los dientes solucione de manera concluyente los problemas dentales, desde luego optimiza las condiciones y establece una diferencia significativa mejorando los síntomas de una maloclusión, dolores articulares en la mandíbula, inflamación de encías, dolores de cabeza, etc.
Para determinar si necesitas ortodoncia, además de notarlo por ti mismo, lo recomendable es acudir a un profesional que estudie el caso en particular, ya que podría ir desde un ligero movimiento aislado de una pieza, hasta un tratamiento integral para casos complejos en los que además de alinear la sonrisa requiere encajar la mordida equilibrando las fuerzas masticatorias para evitar sobrecargas, y dolores. Hay muchas afecciones tratables por medios ajenos a la ortodoncia, con lo que una evaluación diagnóstica completa es la mejor vía para determinar qué recomendación seguir.
El mejor momento idóneo para recibir un tratamiento de ortodoncia es la adolescencia, pero hay casos en los que comenzar desde niños a acondicionar la boca para una corrección posterior ahorrará deformaciones severas y otros en los que tanto si no se ha llevado como si tras un tratamiento no ha habido uso de retenedores, es preciso colocarlos de adultos.
El tratamiento generalmente comienza para la mayoría de las personas a partir de los 12 años, cuando los dientes de leche de la infancia son reemplazados por un juego completo de dientes adultos o permanentes.
