A partir de la década del 50 se descubrió que las caries podrían ser controladas mediante el uso del fluor en los tratamientos. Esto se debe a los compuestos que contiene. Existen tres puntos fundamentales por los cuales se usa de manera frecuente el fluor:

En primer lugar tiene la capacidad de aumentar la resistencia del esmalte. Cuando se aplica el fluor sobre los dientes este empieza a reaccionar con el calcio formando fluoruro de calcio. Esto provoca que el flúor reacciones con los cristales que se encuentran en el esmalte dentario volviéndolo mucho más resistente.

En segundo lugar el uso del fluor permite una mejor remineralización. Esto sucede porque permite la entrada en la estructura de iones de fósforo y calcio.

En tercer lugar el fluor cuenta con una acción antibacteriana. De esta forma ataca a las bacterias que se encuentran sobre de superficie de los dientes.

Si bien el fluor se emplea en todas las edades es más frecuente entre los niños, ya que sus dientes aun se encuentran en formación.

Dentro de los adultos es aconsejable su uso ya que a partir de cierta edad empieza a haber una pérdida de la encia, esto también puede pasar por la aparición de alguna enfermedad periodental. El fluor, en este caso, permite prevenir o eliminar la sensibilidad al frío y evita la aparición de caries en el cuello o en las raíces de las piezas dentales.

Foto | Flickr

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Hola! Soy Leticia del Pino, trabajo como editora de contenidos y disfruto escribiendo sobre temas de interes como la odontología, la salud de los pacientes y los nuevos avances tecnológicos vinculados a la medicina en general.

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