Cuenta la historia que los desconfiados vendedores y compradores de caballos del siglo XIX cuando querían saber la edad de sus ejemplares observaban la boca del animal para verificar si los dientes se veían más largo, esto era una señal de que las encías se habían retraído, lo que demostraba que el caballo era más viejo de lo que se pensaba.
Lo mismo sucedería con los seres humanos, la recesión gingival es más frecuente entre los ancianos. Una investigaciones realizada a 10 mil personas en Estados Unidos demostró que el 38 por ciento de ellos que tenían entre 30 y 39 años habían sufrido algún grado de esta condición, comparado con el 71 por ciento del grupo de 50 a 59 años de edad y del 90 por ciento de las personas que tenían entre 80 y 90 años.
Es importante que sepas que se trata de un proceso largo que comienza durante la adolescencia y que puede dispararse por diferentes motivos, entre ellas herencia, higiene y problemas en las encías.
En muchas oportunidades los problemas que se muestran en las encías son heredados. No cabe duda que las personas pueden tomar ciertas medidas para evitar la aparición de estos problemas.
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