Una de las condiciones de las personas que están enfermas de Parkinson es la reducción de la acción de tragar, lo que provoca una acumulación de saliva en la boca, con consecuencias nada alentadoras.

Puede haber una sensación de babeo constante que provocaría problemas en el habla, al masticar los alimentos y tragar. Pero también pueden aparecer lesiones erosivas en los labios o la piel de la cara.

De acuerdo con las estadísticas, 80% de los que padecen Parkinson suelen tener este problema de acumulación de saliva, que perjudica su calidad de vida y su salud bucodental.

El temblor característico de la enfermedad también trae un daño adicional para el paciente: bruxismo. Esto da lugar a más daños a la cavidad bucodental, con el desgaste de las piezas en constante choque.

Además, la rigidez muscular puede derivar en complicaciones en la mandíbula y sus articulaciones, provocando una sobrecarga que dificulta aún más el proceso masticatorio, además de que puede derivar en dolores musculares y cefaleas.

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