El agua electrolizada es un recurso ampliamente usado en el campo de la odontología y puede ayudar a mitigar el riesgo de contagio de la covid-19 entre médico y paciente.

Su uso se extiende a la desinfección y limpieza de instalaciones en medio de la pandemia del nuevo coronavirus.

Su uso da un punto más de seguridad a la clínica dental, que ya está operativa en desescalada y con una “nueva normalidad”. En la odontología, los protocolos son más exigentes porque el trabajo del médicos es a menos de un metro de distancia de su paciente, y en la boca.

Se sabe que el agua electrolizada es un virucida y antiviral de primera línea. Tiene la capacidad de eliminar el virus en la cavidad oral y garganta antes que ingrese a los pulmones, al usarse como complemento de la remoción mecánica mediante el cepillado dental, o sea, como enjuague o gárgaras.

Por esa característica, es ideal usarla en la consulta dental, como requisito antes de atender a un nuevo paciente, para que se enjuague la boca con ella.

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