La menopausia es una etapa natural en la vida de la mujer que trae consigo numerosos cambios físicos, y entre ellos, algunos que afectan directamente la salud de la boca. Aunque muchas mujeres desconocen esta relación, las alteraciones hormonales, especialmente la disminución de estrógenos, pueden tener consecuencias importantes en encías, dientes y mucosas orales.

Uno de los principales efectos del descenso hormonal es la pérdida de masa ósea, lo que puede agravar enfermedades periodontales y aumentar el riesgo de perder piezas dentales. También es común la aparición de sequedad bucal o xerostomía, una sensación molesta que afecta a aproximadamente una de cada tres mujeres en esta etapa. Esta condición no solo dificulta hablar o tragar, sino que también debilita la protección natural que ofrece la saliva frente a las caries y las infecciones.

La menor producción de saliva facilita la acumulación de bacterias, ácidos y restos de comida, lo que incrementa la posibilidad de sufrir caries, gingivitis o mal aliento. Para aliviar este síntoma, se recomienda mantener una buena hidratación, evitar el alcohol, el tabaco y los alimentos picantes o azucarados, y recurrir a alimentos con alto contenido de agua como pepino, melón o apio.

Los cambios hormonales también afectan a la microbiota oral, es decir, al equilibrio de microorganismos que viven en la boca. Este desequilibrio puede provocar la aparición de infecciones, llagas, úlceras o sensación de quemazón, además de favorecer inflamaciones en las encías, sangrado y sensibilidad dental.

Con el paso del tiempo, además, los dientes tienden a oscurecerse, desgastarse y moverse, debido a la pérdida de esmalte, alteraciones en la dentina y reducción del soporte óseo. Todo esto hace que la atención bucodental sea aún más importante durante y después de la menopausia.

Para cuidar adecuadamente la salud oral en esta etapa, se recomienda mantener una higiene bucal minuciosa con cepillado al menos dos veces al día, uso de hilo dental y colutorios que contengan flúor. También es importante protegerse frente a la sensibilidad con productos específicos y mantener una alimentación equilibrada, rica en calcio, vitamina D, fósforo y magnesio.

Finalmente, se aconseja realizar visitas periódicas al dentista, al menos dos veces al año, para detectar y tratar a tiempo cualquier problema bucodental relacionado con la menopausia. Adaptar los cuidados a las necesidades de cada momento de la vida es clave para preservar la salud de la boca a largo plazo.