El Gobierno de Cataluña ha dado un paso significativo hacia la equidad en el acceso a la salud bucodental al anunciar una nueva medida que ofrecerá tratamientos dentales gratuitos a personas mayores y en situación de vulnerabilidad económica. Esta iniciativa, impulsada por la consellera de Salud, Olga Pané, busca incorporar progresivamente una serie de prestaciones odontológicas al sistema público de salud, actualmente cubiertas en su mayoría por clínicas privadas. El objetivo principal de esta estrategia es reducir las desigualdades en el acceso a servicios básicos de salud dental y garantizar que una sonrisa saludable no dependa del nivel socioeconómico.
La propuesta forma parte de un plan más amplio para reforzar la atención sanitaria pública en ámbitos hasta ahora poco atendidos, como es el caso de la salud bucodental. En los últimos meses de 2024 ya se comenzaron a implementar los primeros pasos del programa, incluyendo a personas con discapacidad intelectual y dificultades en las extremidades superiores, además de extenderse a la población penitenciaria. Para 2025, la Generalitat prevé ampliar esta cobertura a nuevos grupos vulnerables, definidos principalmente por criterios de renta y edad avanzada.
Olga Pané ha subrayado la necesidad de esta política, señalando que muchas personas mayores no pueden permitirse tratamientos dentales, lo que afecta directamente su calidad de vida. La salud bucal influye no solo en la alimentación y el habla, sino también en el bienestar emocional y social. La falta de acceso a servicios dentales adecuados puede derivar en problemas de salud más graves y costosos a largo plazo, tanto para los individuos como para el sistema sanitario.
Entre los tratamientos que serán cubiertos por el sistema público se incluyen endodoncias, extracciones dentales, empastes en dientes temporales, limpiezas bucales, tratamiento de enfermedades orales, cirugía menor en la cavidad oral y detección de lesiones premalignas. Sin embargo, algunos procedimientos seguirán excluidos del sistema por el momento, como los tratamientos ortodóncicos, los implantes dentarios (salvo en casos muy específicos), y los tratamientos estéticos. La intención es priorizar aquellos servicios que tienen un impacto directo en la salud general y en la funcionalidad bucal.
Uno de los principales desafíos para la implementación de esta política será la falta de consultas odontológicas en los centros de atención primaria. Para ello, el Govern contempla ampliar la infraestructura existente y, donde no sea posible, establecer convenios con clínicas privadas para que ofrezcan estos servicios dentro del sistema público mediante conciertos. Esto permitiría responder a la demanda sin comprometer la calidad ni los tiempos de espera, mientras se expande gradualmente la red de atención.
La medida aún se encuentra en una etapa inicial, y su desarrollo dependerá de la aprobación del presupuesto general, que todavía no ha sido presentado ante el Parlament. No obstante, la voluntad política está presente, y la Generalitat confía en poder colaborar con otras administraciones para garantizar su sostenibilidad. Si se implementa con éxito, este plan puede convertirse en un modelo de atención bucodental pública que cierre brechas sociales y devuelva la dignidad a miles de personas mediante algo tan simple y vital como una sonrisa saludable.