Las estadísticas indican que gran parte de traumatismos dentarios ocurren entre los 6 a 24 meses de edad, cuando aún se es bebé. Es una etapa en que el humano está gateando y aprende a caminar.

Esta realidad, conjugada con otros factores, hace que los bebés tengan mayores episodios de golpes en la boca que pueden afectar su dentadura.

El especialista peruano, Mario Elías Podestá, describió en artículo para Dental Tribune las causas del traumatismo dental en menores y los mecanismos específicos de las lesiones.

Los más relevantes son las particularidades en el niño que predisponen a que experimente un golpe en la región de la cabeza y cuello.

Primero están las características anatómicas y comportamentales fisiológicas del niño en esa fase etaria (de 6 a 24 meses de edad), cuando la cabeza es proporcionalmente grande en relación al resto del cuerpo, los dientes primarios tienen una posición verticalizada, y sin duda la curiosidad e imprudencia del pequeño que comienza a explorar y moverse por sí solo.

También puede haber convulsiones y deficiencias mentales; además de maloclusión, principalmente clase II y clase I, o portar algún hábito (ambas con protrusión superior).

En esta etapa, el niño no ha desarrollado bien sus habilidades, pero tiene el ímpetu suficiente para gatear y aventurarse a erguirse en sus dos piernas.

En esos momentos no tiene autodefensa frente a caídas, las que son resultado de experiencias previas; además, tiene una coordinación motora pobre.

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