El Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región (COEM) ha compartido el Decálogo para identificar una atención bucodental de calidad, apostando que los pacientes analicen el tipo de servicio al que acceden:

  1. La colegiación es obligatoria, por eso si se lo solicitas a tu dentista, debe facilitarte su número de colegiado. Hay personas que se hacen pasar por dentistas y, sin embargo, no tienen ni la titulación, ni la formación adecuadas para ejercer. Saber su número te permite comprobar que está titulado y ejerce de manera oficial.
  2. Exige que sea un dentista quien diagnostique tu patología oral. El dentista es la única persona cualificada para establecer un diagnóstico y prescribir un tratamiento.
  3. Desconfía de los precios excesivamente bajos porque pueden encubrir un deterioro en la calidad asistencial. El instrumental y material utilizado en Odontología es de avanzada tecnología y tiene un coste elevado. Los precios excesivamente bajos pueden implicar que no se está utilizando material adecuado.
  4. Exige que sea un dentista y no un comercial el que te explique personalmente el tratamiento que van a hacerte desde el principio, así como su duración y las pruebas necesarias. Existe el riesgo de que en algunas consultas te vayan aconsejando cada vez realizar nuevos tratamientos y provocar así un sobretratamiento y por tanto, un gasto innecesario.
  5. Exige que sea un dentista el que manipule personalmente las prótesis dentales en tu boca. Aunque hay otros profesionales implicados en tu tratamiento, hay determinadas prácticas que solamente puede realizar el dentista.
  6. Evita pagar la totalidad del tratamiento por adelantado, exige la realización de pagos periódicos según avanza el tratamiento. Si te ofrecen financiación, solicita la documentación con antelación y revísala detenidamente en tu domicilio. No firmes cláusulas ambiguas o ilegales y ante la duda, pregunta en tu OMIC más cercana.
  7. Exige unas medidas de higiene y esterilización básicas, no permitas que tu salud oral se trate en ínfimas condiciones. Existen unas normas de higiene obligatorias, su incumplimiento puede ocasionar problemas graves para tu salud.
  8. Lo normal es que el responsable de tu tratamiento sea siempre el mismo dentista, si no es así, puedes pedir que lo sea. En algunos casos, el cambio constante del profesional que te atiende puede suponer que no hay un equipo fijo y coordinado, una peor atención e incluso un fraude profesional.
  9. No te dejes influenciar por la publicidad y las promesas de tratamientos gratuitos. Con seguridad los terminarás pagando. En muchas ocasiones existen prácticas de publicidad engañosa, por eso debes exigir que te expliquen todas las condiciones del tratamiento o servicio antes de realizarlo.
  10. No creas en los tratamientos garantizados de por vida, ni tus propios dientes cuentan con esa garantía. No es posible garantizar un tratamiento para siempre, por eso también es importante acudir a una revisión al menos una vez al año.

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