Desde el Consejo General de Dentistas recomiendan mantener una buena hidratación, seguir una alimentación saludable, protegerse del sol y utilizar protectores bucales cuando se realicen deportes de contacto

  • Mantener una buena hidratación: con las altas temperaturas propias del verano, el organismo pierde agua y, por tanto, aparece la sequedad bucal. De hecho, el primer signo de deshidratación es la sensación de boca seca. Para contrarrestar la pérdida de líquidos producida por la sudoración, es necesario beber, al menos, dos litros de agua al día, así contribuiremos a la producción de saliva y a combatir las bacterias patógenas, protegiendo los dientes de la caries. Es aconsejable limitar el consumo de bebidas azucaradas y alcohólicas, pues pueden contribuir a la deshidratación y al deterioro dental.
  • Alimentarse de forma saludable: en estos días, se come y cena fuera de casa con más frecuencia y aumenta el picoteo entre horas. Aunque es normal darse algún capricho, hay que intentar consumir productos frescos (frutas, verduras), así como pescados y aceite de oliva. Por el contrario, no debemos abusar de dulces y alimentos procesados, pues sus altos niveles de azúcares aumentan el riesgo de caries.
  • Seguir una buena higiene bucodental: se deben realizar, al menos, dos cepillados dentales diarios con pasta dentífrica fluorada, por la mañana y por la noche, de dos minutos de duración cada uno. Asimismo, hay que usar seda dental o cepillo interdental para eliminar las bacterias y los restos de comida que quedan entre los dientes. En el caso de no estar en casa y, de manera excepcional, se puede mascar chicle con xilitol después de comer, aunque en ningún caso sustituye al cepillado.
  • Protegerse del sol: al igual que nos protegemos la piel, también se deben aplicar cremas y labiales con factor de protección solar y evitar la exposición excesiva al sol, para prevenir lesiones y cáncer labial.
  • Evitar fracturas dentales: los traumatismos aumentan con la llegada de las vacaciones, por eso es recomendable usar protectores bucales siempre que se realicen deportes de contacto. De igual forma, no es aconsejable morder hielos ni objetos duros, porque pone en peligro la salud de los dientes.
  • Dejar de fumar: con las vacaciones disminuye el estrés, y puede ser un buen momento para dejar este perjudicial hábito que, junto con el alcohol, es uno de los principales factores de riesgo del cáncer oral.
  • Acudir a revisión odontológica: visitar al dentista antes de viajar al destino vacacional es una buena forma de asegurarnos que nuestra cavidad oral está en buenas condiciones y que permite abordar de manera preventiva cualquier patología que pueda estropearnos estos días de descanso.

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