El esmalte dental es la sustancia más dura del organismo. Tiene que ser así, pues su función es proteger la pulpa del diente a las condiciones extremas de la boca, donde hay bacterias y ambientes ácidos o calientes.

En su intenso trabajo, el esmalte se desgasta y ha sido imposible sustituirlo o hacer que se regenere, como el tejido maxilar donde se soporta la dentadura.

Un equipo de bioingenieros ha desarrollado una técnica para sintetizar materiales orgánicos y cristalinos con la estructura del esmalte que promete acabar con ese paradigma.

La investigación, adelantada por la revista Nature Communications, plantea aplicar sobre los dientes una capa de proteínas que, al entrar en contacto con la saliva, forma una fina cubierta de esmalte artificial mucho más dura y duradera que el barniz tradicional.

Ésta sería una manera efectiva de contrarrestar la hispersensibilidad dental, que ocurre cuando el esmalte se desgasta y deja al descubierto pequeñas terminaciones nerviosas del diente.

Una clave de esta técnica es que imita el proceso de biomineralización natural del esmalte. Los científicos parten de una matriz de proteínas que exponen a una disolución de fosfato de calcio, presente de forma natural en la saliva humana. Esta interacción hace que crezcan espontáneamente sobre las proteínas minerales de apatita o hidroxiapatita, incluso si la matriz se encuentre sobre una superficie irregular como un diente picado o desgastado.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here

*