Los antibióticos son parte de los medicamentos que usan los dentistas para tratar y prevenir infecciones dentales, e incluso para controlar la caries.
En los últimos años se ha hablado de una regulación, ante su uso generalizado. Pero, lo cierto es que son necesarios para ciertos casos en ciertos pacientes.
Por ejemplo, los dentistas pueden prescribir antibióticos en estos casos:
- Para evitar que las bacterias bucales se propaguen fuera de la cavidad bucal durante un procedimiento dental. Esto debido a que las bacterias de la boca pueden propagarse y desencadenar ciertas enfermedades, especialmente la endocarditis.
- Para tratar infecciones en la cavidad bucal que otros tratamientos no logran eliminar.
También hay que considerar que no todos los dientes infectados requieren antibióticos.
De hecho, en algunos casos es posible que un dentista pueda drenar el área infectada, extraer el diente infectado o realizar una endodoncia para solucionar el problema.
El detalle está en que el uso excesivo de antibióticos puede provocar resistencia, dejando sin efecto futuros tratamientos. Por ello, los médicos tienden a evitar recomendar antibióticos a menos que sean absolutamente necesarios.
Esto incluye casos en los que la infección es grave o se propaga o si una persona tiene un sistema inmunitario debilitado.