La sinusitis maxilar es una enfermedad bastante común y, en función de cada caso, los síntomas varían. Son diversos los factores que pueden propiciar la aparición de sinusitis maxilar, y uno de ellos está directamente relacionado con la elevación de seno.

Dentro de la anatomía humana, los senos paranasales son unas cavidades situadas en algunos de los huesos de la cara y el cráneo. En total, existen ocho senos paranasales y se distribuyen en grupos de 4 a cada lado de la nariz (seno frontal, seno etmoidal, seno esfenoidal, seno maxilar).

La función de los senos paranasales es la de aligerar el peso de la masa ósea ya que, de lo contrario, resultaría demasiado pesada para soportarla. Otro de los cometidos de este conjunto de cavidades es el de calentar y aportar humedad al aire que respiramos. Además, segrega la mucosa que retienen los elementos extraños que entran debido a la inhalación. También sirven como caja de resonancia de la voz.

El seno maxilar, o “antro de Highmore”, es la cavidad más grande de todo el conjunto, teniendo un tamaño similar al de una pelota de pin pon. Tiene forma piramidal irregular y se ubica en el hueso maxilar superior, uno a cada lado del rostro. Esta cavidad se encuentra recubierta de mucosa y, si se infecta, causa sinusitis maxilar.

En los primeros años de la infancia, el seno maxilar se sitúa en la parte superior de la cara. Sin embargo, a medida que vamos creciendo, desciende de forma paulatina. Generalmente, alcanza su nivel adecuado a los ocho años.

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