El coronavirus que puso en cuarentena a la mayoría de los países del mundo se contagia principalmente a través de los aerosoles que salen expelidos de la boca.
Por eso la forma de prevenirlo es el distanciamiento social y lavarse las manos con frecuencia.
Pero, ya con más de un mes de confinamiento y las economías a medias, los gobiernos comienzan a estudiar la apertura de algunas actividades,.
Entonces, en países como Italia, muy golpeado por la covid-19, elaboraron una clasificación de las actividades más riesgosas a menos riesgosas. Y la profesión dental aparece en primera línea.
Es muy razonable, a pesar de los equipos de protección, el odontólogo trabaja a menos de un metro de distancia de su paciente, y en su boca.
Esta clasificación tiene tres niveles. El verde es un riesgo bajo, el amarillo significa una posibilidad media de contagio, y el rojo representa una alta probabilidad.
Y precisamente, bajo el código rojo, las primeras que aparecen son las clínicas dentales, seguidas de escuelas, discotecas, restaurantes y bares, peluquerías y estilistas, y gimnasios.
En el nivel medio aparecen las fábricas de sectores textil, automovilístico, siderurgia, química; oficinas públicas y privadas donde se utiliza el trabajo inteligente; y las tiendas minoristas.
Y los sectores menos vulnerables son el cultivo agrícola; la actividad legal, contable y asegurativa; fabricación de muebles; la actividad inmobiliaria; y reparación de material electrónico y para la casa.