Los dientes primarios de los niños con autismo contienen más plomo tóxico y menos de los nutrientes esenciales de zinc y manganeso, en comparación con los dientes de niños sin autismo.
Esta premisa surgió de una estudio financiado por el National Institute of Environmental Health Sciences (NIEHS), que forma parte del National Institutes of Health (NIH).
Los científicos, liderados por un odontólogo, estudiaron a gemelos para controlar las influencias genéticas y enfocarse en posibles contribuyentes ambientales a la enfermedad.
Los resultados, publicados en la revista Nature Communications, sugieren que las diferencias en la exposición temprana a los metales, o más importante la forma cómo el cuerpo del niño los procesa, pueden afectar el riesgo de autismo.
Los patrones de captación de metal se compararon utilizando dientes primarios de 32 pares de gemelos y 12 gemelos individuales.
Los investigadores compararon patrones en gemelos en los que sólo uno tenía autismo, así como en gemelos donde ambos o ninguno tenían autismo. Pequeñas diferencias en los patrones de captación de metal se produjeron cuando ambos gemelos tenían autismo.
Pero, las diferencias más grandes ocurrieron en gemelos en donde solamente un hermano tenía autismo.
Los investigadores notaron que esta diferencia en la captación de metal entre los niños con y sin autismo fuer especialmente relevante durante los meses inmediatamente antes y después de su nacimiento.