El trastorno temporomandibular es un término que incluye trastornos de ATM, de los músculos masticatorios y de estructuras asociadas. Se caracterizan por provocar dolor, chasquidos articulares y limitar los movimientos mandibulares.
Los agentes farmacológicos utilizados para aliviar el dolor incluyen fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINE), opiáceos, corticosteroides, relajantes musculares, antidepresivos, anticonvulsivos y benzodiazepinas. Los especialistas canadienses debaten sobre las posibles reacciones adversas a estos medicamentos, así como las interacciones asociadas a su uso.
Los síntomas pueden incluir episodios de dolor, deterioro de la función mandibular, maloclusión, desviación de la línea media, poca apertura bucal, ruidos y bloqueo de la mandíbula. Además de ser frecuentes los dolores de cabeza y alteraciones de sueño, siendo más frecuente en personas de 20 a 40 años aproximadamente y se estima que las causas pueden estar relacionadas con la ansiedad, el estrés y trastornos emocionales.
Aunque la mayor parte de los síntomas son temporales, un número significativo de pacientes puede padecerlos por un año o más, estando indicado en casi todos los casos, la visita al dentista, al ortodoncista y al maxilofacial. Terapias como la férula de descarga, para aliviar la tensión masticatoria y bruxismo, la fisioterapia localizada y la indicación de pautas farmacológicas servirán de paliativo ante estos casos.
Los agentes farmacológicos más indicados y eficaces son seleccionados según criterio médico, dependiendo de su estimación de los riesgos y beneficios que puedan asociarse al medicamento.
Según la Asociación Dental Canadiense, son los antiinflamatorios no esteroideos los fármacos que se han prescrito tradicionalmente, para tratar el dolor en la región orofacial, indicados para las afecciones inflamatorias agudas leves y moderadas en la ATM, siendo generalmente beneficiosos. El efecto adverso más notorio que le señalan al uso de los AINE es su efecto sobre el tracto gastrointestinal, ya que causan erosión gástrica que pueden provocar la aparición de úlceras, además de que pueden interactuar con múltiples medicamentos y producir un efecto no deseado.
