El efecto positivo del flúor en la prevención y lucha contra la caries es indiscutible, pero se logra solo con la aplicación en los dientes, de forma tópica, porque ingerido puede causar, más bien, serios problemas.

Un equipo de investigadores dentales de la Universidad Europea de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos y la Fundación Jiménez Díaz, a través de su servicio de ortodoncia, revisó cómo es absorbido el flúor por los niños.

Recordaron que cuando es ingerido, el fúor puede provocar efectos indeseables, como la fluorosis dental.

Por eso, el cepillado con pastas fluoradas es adecuado para vehicular el flúor tópico, pero hay que cuidar que los niños pequeño no lo traguen inconscientemente.

El estudio de estos científicos era determinar la cantidad de flúor que aparece en orina después del cepillado con dentífrico fluorado. Para ello usaron una muestra de 115 niños de 5 a 8 años seleccionados aleatoriamente se y analizaron los niveles de pH, creatinina, y flúor en la orina excretada antes del cepillado con dentífrico fluorado y dos horas después.

El resultado indica que había más flúor en la orina después del cepillado que antes, pasando de 0,61 a 1,25 mg/g, por lo que concluyeron que la utilización de un dentífrico fluorado se asocia con un aumento significativo de la concentración de flúor en la orina del niño.

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