La exposición al humo del cigarrillo, sin fumarlo, aumenta en un 50% los riesgos de padecer cáncer oral de labios, boca y garganta.

Un estudio determinó que aquellas personas que son o han sido fumadoras pasivas durante un período de tiempo de entre 10 y 15 años pueden tener el doble de probabilidades de desarrollar algún tipo de cáncer oral.

La investigación, publicada en Tobacco Control, estuvo dirigida por Kurt Straif, PhD, profesor invitado en el Instituto Schiller de Ciencias Integradas y Sociedad en Boston College en Chestnut Hill, Massachusetts (EE.UU.).

“Nuestra revisión sistemática y metaanálisis respaldan una asociación consistente y estadísticamente significativa entre la exposición (al humo de forma pasiva) y el riesgo de cáncer oral”, Straif, en nombre del grupo de investigadores.

Analizaron cinco estudios que incluían a un total de 6.977 personas. Entre ellas, 3.452 estuvieron expuestas al humo de forma pasiva, y los 3.525 restantes no. Se realizaron en América del Norte, Asia, Europa y América Latina.

La evidencia ha demostrado que la exposición al humo de los fumadores pasivos puede causar inflamación en la cavidad oral y afectar a la función de las glándulas salivales. Además, también repercute directamente en los dientes y en los microorganismos que se encuentran en la boca.

Se sabe que fumar tabaco, beber alcohol y consumir sustancias como el tabaco de mascar o el betel quid aumentan el riesgo de desarrollar cánceres orales.

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