La inclusión de la atención odontológica en el Sistema Nacional de Salud (SNS) es parte de la agenda social del presidente de Gobierno Pedro Sánchez.
El plan quedó en suspenso tras la aparición del coronavirus, pero ahora toma un nuevo impulso con el avance de la vacunación contra la COVID-19 y la retirada progresiva de las mascarillas.
Lo que se sabe del plan es que incluirá la gratuidad del dentista, actualizará las patologías de cribado y sumará algunos implantes; y que están asignados 49 millones de euros del presupuesto de este año.
El Consejo General de Dentistas indicó en su momento que esa cifra es insuficiente para un plan tan ambicioso, pues solo cubriría un euro por español para la atención dental. Se calcula que los ciudadanos gastan un promedio de 305 euros al año en el odontólogo.
La inclusión de la atención dental al sistema de salud tendría que pasar, además por la unificación de criterios entre Comunidades Autónomas y establecer servicios mínimos, ya que las competencias están transferidas y hay criterios muy diferentes entre las distintas administraciones.
Por ahora, la sanidad pública cubre un mínimo en cuanto a salud bucodental: procesos agudos, como inflamaciones, infecciones, revisiones para mujeres embarazadas o extracciones de piezas que no están sanas.