Las enfermedades cardiovasculares y la enfermedad de las encías, que se conoce como periodontitis, están comúnmente asociadas por una misma bacteria, la Porphyromonas gingivalis. Varias investigaciones lo han constatado.
Pero hasta ahora no se había podido identificar el mecanismo a través del cual, esta bacteria afecta los vasos sanguíneos.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Örebro (Suecia) identificó cómo la bacteria altera la expresión génica de las proteínas implicadas en la activación de la inflamación y, por tanto, en el desarrollo de la aterosclerosis.
Boxi Zhang, co-autor de esta investigación, explicó en la revista “Infection andf Immunity” que el estudio muestra de una forma clara el mecanismo que se esconde tras la asociación entre la periodontitis y la enfermedad cardiovascular. “Así, nuestro objetivo es identificar un biomarcador que nos ayude a diagnosticar y tratar ambas enfermedades”.
Las autopsias practicadas a pacientes fallecidos por infarto de miocardio habían constatado la presencia de P. gingivalis en las placas de ateroma –placas características de la aterosclerosis que se depositan en el interior de las arterias, dificultando así la circulación de la sangre–. Y asimismo, las investigaciones llevadas a cabo en modelos animales habían mostrado cómo la bacteria provoca el desarrollo de la aterosclerosis tanto en la aorta como en el resto de arterias coronarias.
Los autores cultivaron en el laboratorio células del musculo liso de la aorta humana y lo infectaron con la bacteria P. gingivalis. El efecto: secretó unas proteasas específicas –denominadas ‘gingipains’– que alteraban el equilibrio entre dos proteínas implicadas en la inflamación: las angiopoyetinas.