Un juez decidió que una joven de Aranda de Duero reciba una indemnización de 50.000 euros por ser víctima de un mal tratamiento dental que la llevó a tener brackets durante más de 3 años sin resultados positivos y necesitar ahora implantes.
El cargo es para una odontóloga colegiada en Burgos y una cadena de clínicas dentales, que también tendrán que pagar los intereses legales del caso.
La joven no consiguió los resultados esperados con la ortodoncia, sino que le causó “otros problemas que no existían con anterioridad”, y que aún persisten, se lee en la sentencia.
El caso es de 2014, cuando la joven buscó corregir la alineación incorrecta de los dientes y tener una correcta función masticatoria y mejoramiento estético. En 2017, y como consecuencia de la mala praxis sus dientes “se han movido y no encajan y sufrió gran pérdida ósea alrededor de las piezas dentales”.
La demanda fue estimada parcialmente por el Juzgado de Instrucción número 2 de Aranda de Duero, que le reconoció una indemnización de 27.417,53 euros. Posteriormente, tras el recurso de la paciente, la Sección Tercera de la Audiencia amplió la cantidad hasta los 49.377,71 euros, más el interés legal.
El juez remarcó en su decisión que en el documento de consentimiento informado que la clínica entregó a la joven “no se refleja, en ningún momento, la posibilidad de fracaso de ese objetivo, ya que únicamente sí indica que no es una ciencia exacta y no puede garantizarse un resultado especifico, pero nunca el fracaso del mismo como así ocurrió”.