El uso del espectrofotómetro permite realizar un análisis de color simple y completo, aplicable tanto a restauraciones directas como indirectas. Esa es la premisa de Edouard Lanoiselée, profesor de estética dental de la Universidad de Nantes, Francia, de donde egresó en Odontología y Ciencias Médicas.
Lanoiselée, especializado en restauraciones cementadas y diseño y fabricación asistidos por computadora, escribió para Dental Tribune un artículo en el que relató el caso clínico de una restauración exitosa usando un espectrofotómetro en su práctica general en Nozay.
Concluyó que esta técnica, bajo un protocolo reproducible, optimiza la transmisión de información sobre color al laboratorio.
Es caso es de una mujer de 30 años sin antecedentes médicos que padecía un dolor en el cuadrante mandibular izquierdo. Allí se descubrió una fractura en la cúspide lingual del diente #35, y restauraciones de amalgama viejas y fallidas.
Tras reemplazar las amalgamas por unas de composite, Lanoiselée consideró necesaria una restauración protésica para retener el diente en la arcada.
Para ello, la toma de color se realizó utilizando el dispositivo Rayplicker (Borea), un espectrofotómetro inalámbrico que permite obtener la siguiente información en un escaneado:
–imagen polarizada,
–translucidez,
–color general,
–mapeo de tres partes,
–mapeo de nueve partes, y
–mapeo detallado de los dientes.
“Luego se crea un archivo de producción directamente en el software Rayplicker y toda la información (análisis de color y archivo de producción) se sube a la nube para que la descargue el laboratorio”, explicó el especialista.
Este procedimiento permitió la integración de fotografías clínicas, para que el técnico dental pueda caracterizar finamente el diente con objeto de que la restauración sea lo más armoniosa posible.