Cierto porcentaje de la población infantil tiene condiciones especiales, y con ellas vienen las necesidades de salud específicas e individuales, incluso en el ámbito de la odontología.
Una de las barreras que estos niños enfrentan a menudo es encontrar a profesionales que cuenten con una formación especializada y adaptada a su condición.
Desde su aparición a finales del siglo XIX y principios del XX, tanto en Europa como en América, los primeros tratamientos dentales a niños los realizaban asociaciones benéficas. Pero en 1914 se inauguró la primera institución que proporcionaba esta atención en Boston, Massachusetts.
Ahora, las comunicaciones, la tecnología, la globalización y la inmediatez han provocado un cambio a la vista positivo.
Pero la modernidad también ha supuesto la aparición de nuevas patologías en la infancia, incluso en la boca. Por ello, es imprescindible que los odontólogos se formen, actualicen y especialicen.
En el caso de la odontología pediátrica, se espera una especial complejidad en diferentes áreas como son la patología odontológica, las alteraciones dentarias y las enfermedades no infecciosas de los tejidos duros del diente.