Hay personas que tienen un pánico terrible a ir al dentista, llegan a provocar situaciones donde es imposible poder realizar cualquier exploración de la boca ante los movimientos que realizan.

Al tener ese rechazo tan grande, estas personas no reciben las revisiones periódicas necesarias para tener una buena salud bucal. Suelen acudir cuando sufren un dolor insoportable causado por algún problema que no fue tratado a tiempo.

Pero, hasta en esos casos, la intervención se hace muy difícil, ya que los ataques de pánico hacen que el paciente se mueva de forma brusca. En estos casos la mejor solución es la sedación consciente.

La sedación consciente es una técnica que se aplica de manera intravenosa y que consiste en la administración de una medicación para que el paciente esté en un estado completamente relajado y no perciba nada durante el procedimiento.

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