La amalgama es el material más resistente, económico y efectivo para curar los estragos que causa la caries. Es usada desde hace un siglo y aún ningún material, por más novedoso que sea, no cumple con todas las ventajas que posee a mediano y largo plazo.

Se sabe que las restauraciones de amalgama son muy resistentes y su costo, durabilidad y facilidad de manipulación han hecho que sea el material de elección número uno a lo largo de la historia, demostrando ser el mejor de todos.

En el aspecto que falla la amalgama es en el estético. No se ve bien, pero es muy completo en muchos otros aspectos.

Por ejemplo, usar resinas como alternativa a la amalgama aumenta costos y es menos efectivo a mediano y largo plazo. Además, no todos los odontólogos, clínicas, universidades tienen las herramientas para realizar tratamientos prescindiendo de este material.

Es tal la importancia que tal vez no sea posible aún dejar de usar la amalgama. Este material se endurece más rápido que otros materiales elaborados a base de resinas, por lo que resultan muy prácticos cuando la obturación debe ejecutarse en áreas cercanas a tejidos blandos o las encías, que no pueden mantenerse secas durante el procedimiento.

En estos momentos las amalgamas dentales se usan cada vez menos, pero no significa que deban ser erradicadas; su poco uso no solo se debe a temas relacionados con la estética, sino a la polémica que ha generado el hecho de que el mercurio forme parte de la aleación.

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