La salud mental tiene que ver con todos los aspectos del organismo. Por ejemplo, está confirmado científicamente el efecto de las enfermedades periodontales sobre el Alzheimer, e incluso a la inversa: que el deterioro mental puede resultar catastrófico para la boca.

Estudios y revisiones periódicas señalan que hay un posible efecto de los anticuerpos generados por el Alzheimer frente a determinadas bacterias periodontales (como la Porfiromona gingivalis).

También está estudiado que la depresión puede llegar a tener un gran impacto en el empeoramiento de la salud oral.

De acuerdo a los datos que maneja el Consejo, el 60% de las personas con depresión sufre dolor o algún problema dental y la mitad de ellos cree que no tiene óptima salud bucal.

En España, más de dos millones de personas sufren depresión y 800.000 padecen Alzheimer.

En el Día Mundial de la Salud Mental, celebrado este 10 de octubre, el Consejo General de Dentistas quiso explicar por qué los pacientes con depresión pueden ver comprometida su salud oral.

Así las enuncia:

– En la depresión suele existir un descuido por la higiene en general, incluyendo la higiene bucodental.

– También es frecuente que se abandone la dieta sana para sustituirla por una dieta en la que predominan los “alimentos basura”.

– Muchos de los fármacos antidepresivos producen como efecto secundario una disminución en la producción de saliva e incluso una xerostomía, ambas situaciones son consideradas de riesgo para el desarrollo de patologías orales (caries y enfermedad periodontal).

– Otra de las causas es el abandono del cuidado dental en estos pacientes, que suelen dejar de acudir al dentista para sus revisiones periódicas. Además, los pacientes depresivos suelen tener un aumento sanguíneo de cortisol, el cual incrementa el riesgo de enfermedad periodontal.

– La depresión puede originar desórdenes en la articulación temporomandibular debido al aumento de ansiedad, provocando dolor, chasquidos e incluso limitación de movimientos en la mandíbula.

– Los pacientes depresivos ven incrementado su riesgo de adoptar hábitos nocivos, como fumar o un mayor consumo de alcohol o de drogas, todos ellos asociados a la salud oral.

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