Hay un tratamiento que no todos los dentistas gustan aplicar cuando se debe atacar una caries. Lo habitual es perforar la podredumbre y luego cubrir el diente con una tapa delgada de acero inoxidable.

Este procedimiento pasa por complicaciones como el uso del taladro dental, que siempre causa temor en los pacientes, sobre todo en niños. Para aplicarlo, se requiere anestesia local, mucho tiempo, habilidades especializadas y, para el dentista, la paciencia.

En una ciudad, con acceso sencillo a atención dental, es tratamiento aceptable. Pero qué pasa cuando el paciente es un niño que vive en la pobreza en el este de África, sin agua corriente ni electricidad y el dentista más cercano a uno o dos días de distancia.

El tratamiento habitual no parece adaptarse a esa realidad, en Sudán. Así que la técnica Hall plantea ignorar la podredumbre, sellar el diente malo y no hacer nada más. Y para estos casos ha funcionado.

Un análisis de 2006 de los registros de atención primaria, mostró que esta simple técnica, conocida como “la técnica Hall”, fue tremendamente efectiva en el tratamiento de niños en Escocia.

Su éxito radica en que al privar de oxígeno a los gérmenes que pudren los dientes, mueren.

Pero no todos aprueban la técnica Hall, a pesar de tener respaldo en la evidencia científica. Muchos dentistas de todo el mundo la han rechazado por la falta de pruebas aleatorias controladas que demuestren su efectividad en comparación con las técnicas convencionales aceptadas.

En Sudán hicieron esa prueba, con dentistas de la Universidad Queen Mary de Londres. A 164 niños sudaneses se les asignó aleatoriamente uno de los dos tratamientos.

Un grupo recibió el tratamiento estándar: primero el niño recibió anestesia local y luego se taladró el diente malo para eliminar la caries. Después se ajustó una corona a la forma y el tamaño correctos del diente, que es una tarea complicada, y esta se pegó.

El otro grupo recibió la técnica Hall: empujamos la corona de metal suavemente sobre el diente y la pegamos sin inyecciones ni taladros.

Con algunos inconvenientes políticos y de infraestructura, el estudio dio resultados positivos y fue publicado en la revista PLOS ONE. La técnica Hall funciona tan bien como el tratamiento estándar en todos los aspectos clínicos, como la supervivencia del diente, la salud de las encías, la mordida defectuosa (oclusión) y la formación de abscesos, incluso cuando es aplicada por operadores con menos experiencia.

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