Casi nunca el paciente común le prestaba atención a los trabajos de bioseguridad que se realizaban en las clínicas dentales, pero ahora la pandemia de covid-19 ha hecho caer en cuenta de esa necesidad.

Desde su nacimiento, la odontología lucha de frente contra virus y bacterias, de lo contrario las enfermedades fueran incontrolables. Ahora, nadie dura de la capacidad de las clínicas de contener el coronavirus que ha trastocado el rumbo de este 2020.

Por eso la bioseguridad en la odontología ha sumado interés en pacientes. Pero era algo común para el dentista que en cada sesión presta rigurosa atención a esos detalles.

La razón es que, si el dentista no sigue de forma rigurosa los protocolos arrastrará microorganismos en las manos hacia la boca y el cuerpo del paciente, lo que se denomina infección cruzada.

En el ambiente también hay microorganismos y riesgos, por eso se recomienda tomar medidas preventivas para evitar la transmisión de enfermedades, mismas que pueden darse a través de la sangre, secreciones respiratorias y orales del paciente a los profesionales y asistentes y de estos al paciente y entre pacientes.

El uso de barreras protectoras para la atención clínica, como son las técnicas asépticas, y el procedimiento de esterilización y desinfección del instrumental, serán tomadas en cuenta, ya que existe una variedad de microorganismos fácilmente transmisibles, como: la Hepatitis B, SIDA, sífilis, etcétera.

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