A raíz de la decisión de la Unión Europea, de prohibir los empastes de mercurio para tratamiento dentales en niños menores de 15 años y de mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, ha surgido la polémica y la duda en quienes tienen este material en la boca.

Aunque es una norma comunitaria, vigente desde julio de 2018, el mismo texto deja cierto margen al criterio del profesional en caso de que sea “estrictamente necesario debido a las necesidades médicas específicas del paciente”.

La norma ordenó que a partir de enero de 2019 el no uso a granel del mercurio por parte de los dentistas y pidió a los estados que próximamente tengan un plan para reducir gradualmente el uso de la amalgama dental.

La evolución tecnológica ha llevado a que hoy los empastes se realicen con nuevos materiales que incluso permiten reconstrucciones que dejan dientes blancos casi perfectos, como si no hubiera pasado nada.

Pero las antiguas amalgamas dentales llevan una aleación que, como máximo, puede estar compuesta por un 50% de mercurio, aunque en la mayoría de los casos se queda en un 30 o en un 40%. El resto son otros materiales, como zinc, plata, estaño y cobre. El resultado era un empaste plateado de aspecto muy poco estético.

La Unión Europea tomó esta decisión a partir de la firma del Convenio de Minamata sobre el mercurio, un texto internacional que entró en vigor en 2017 para proteger el medio ambiente y la salud frente al peligro que supone este mineral.

Minamata es una ciudad japonesa en la que murieron decenas de personas en la década de los cincuenta por un envenenamiento por mercurio, así que su nombre está asociado a la lucha contra sus efectos medioambientales y sobre la salud.

Las estadísticas indican que 80% de las personas mayores de 30 años que llevan empastes, poseen mercurio. Pero esto no significa que se estén intoxicando.

El investigador del Servicio de Odontología Conservadora de la Clínica Universitaria de la Universidad de Oviedo, concluyó tras una revisión de publicaciones científicas que no existe ningún peligro para la salud de los pacientes.

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