La fotografía es un elemento auxiliar que se ha vuelto indispensable en la odontología. Tiene valor legal, al permitir llevar una documentación adecuada de cada caso, mejorar los diagnósticos y planificar tratamientos además de su evolución.

Su uso está extendido clínicamente al punto de ser parte importante de los procesos odontológicos.

Están las fotografías clínicas extraorales, que son las tomas de la cara completa, de frente (en reposo y de sonrisa), de perfil del paciente (en reposo y de sonrisa) y la de sonrisa.

Mientras que las fotografías clínicas intraorales son las tomas que se realizan de dentro de la boca del paciente, para captar los tejidos blandos y duros de forma más detallada y las relaciones que entre ellos se establecen. Se clasifican en tres: frontal, laterales y oclusales.

Hay otro tipo de fotografías en odontología, llamadas complementarias, que se utilizan para poder documentar cada una de las pruebas que se realizan y se necesitan para realizar una evaluación clínica del paciente, poder documentar ciertos hábitos (como la deglución atípica), entre otros.

También son usadas las fotografías preoperatorias y posoperatorias, para que de este modo se consiga centrar la atención del paciente en las diferencias entre el antes y el después resultantes al tratamiento odontológico.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here

*