La periimplantitis es una amenaza latente para quienes acaban de colocarse implantes dentales. Es prácticamente igual a la periodontitis, pero la infección no ocurre en las encías sino en los implantes nuevos.

El paciente debe hacer todo lo posible por evitar la periimplantitis. Y esta tarea comienza con escoger a un implantólogo profesional, de confianza y seguir al pie de la letra sus indicaciones, que serán más personalizadas que generalizadas.

Respetar esas pautas es esencial, pero no definitivo. Hay casos en los que la aparición de las enfermedades periimplantarias es inevitable. Siempre existirá el riesgo.

-Higiene bucodental. La acumulación de sarro o placa dental alrededor del implante es la principal causa de la periimplantitis. Para evitarlo, la limpieza bucodental debe hacer correctamente y más exhaustiva. El paciente debe asegurarse de asear toda la zona con un cepillo suave por dos minutos después de cada comida, hilo dental y enjuague con flúor.

-Tabaquismo. Fumar aumenta el riesgo de que los implantes dentales fracasen y que aparezca la periimplantitis.  Además, la pérdida de hueso que pueden experimentar es también mayor respecto a aquellas que no fuman.

-Revisiones periódicas. Luego de la cirugía, no se puede olvidar al dentista. Es imprescindible acudir a las revisiones pautadas por el cirujano.  La constancia del paciente en este punto es esencial para el éxito del implante, ya que el especialista podrá revisar el proceso y atacar problemas de forma temprana.
Limpiezas bucodentales profesionales. El implantólogo determinará la periodicidad con la que deben llevarse a cabo las higienes bucodentales profesionales, que sirven para eliminar todos los residuos que se acumulan en los dientes y encías y que el cepillado diario no puede retirar.

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