Debido a la estrecha relación entre la diabetes y las enfermedades de las encías, como la gingivitis y la periodontitis, el odontólogo está en capacidad de detectar y alertar sobre los excesos de azúcar en la sangre.

Diferentes estudios científicos han confirmado que las personas diabéticas tienen una mayor incidencia de dolencias en la boca, por lo que deben prestar mayor atención a su salud oral, ya que son más propensos a sufrir caries, en especial cuando se padece hiperglucemia. El uso del hilo dental es imprescindible en estos casos.

Un estudio reciente comprobó que los pacientes que sufren diabetes tienen un 50% más de riesgo de perder piezas dentales. Sus encías también son más vulnerables y tienen más probabilidades de sufrir gingivitis o periodontitis.

Por ello, cuando el dentista observa alteraciones en las encías de su paciente, debe alertarlo de realizarse chequeos que descarten o confirmen la presencia de la diabetes.

La diabetes afecta en España a cerca de 6 millones de personas y es la responsable de 25.000 muertes cada año, además de estar detrás de 7 de cada 10 amputaciones no traumáticas de las extremidades inferiores y ser la responsable del 16 % de los casos de ceguera.

“El tratamiento odontológico del paciente diabético es diferente al de una persona que no tiene esta enfermedad”, explicó Héctor J. Rodríguez, expresidente de la Fundación de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración y colaborador de Compromiso y Seguridad Dental.

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