La mejor forma de prevenir y tratar el mal aliento es mantener una higiene bucodental adecuada. Cepillarse los dientes al menos dos veces al día y usar una herramienta de limpieza interdental.
Además, los enjuagues bucales de venta libre, ayudan a refrescar el aliento y eliminar algunas de las bacterias que quedan en la boca
Pero hay otras tareas que ayudan a mantener a raya a la halitosis. Por ejemplo, mantener el flujo de saliva en la boca. Esto se logra con el consumo de alimentos saludables que requieren masticación, como zanahorias o manzanas.
Masticar chicle sin azúcar o chupar caramelos, también sin azúcar, dan una ayuda extra en este propósito.
Otra tarea, que además trae más beneficios, es la visita regular al dentista. El profesional no solo hará una limpieza preventiva en su boca, sino que también hará una revisión para detectar cualquier problema como enfermedad de las encías o boca seca y detenerlos antes de que se vuelvan más serios.
Todos estos trámites funcionan si el mal aliento que padece se origina en sus dientes. Si hay otra enfermedad que lo produce en el estómago, por ejemplo, tendrá que buscar ayuda profesional.
