La más recurrente de todas las lesiones en la boca es la estomatitis aftosa recurrente que, aunque no se conoce totalmente para aplicar tratamientos eficientes se cree que varios factores intervienen en su aparición.
Los especialistas hablan de factores genéticos, alimentarios, infecciosos, alérgicos, medicamentosos, traumáticos e inmunológicos.
Existe en tres niveles: mayor, menor y herpética. Y puede que sea muy difícil identificar a simple vista con un ojo poco o nada entrenado.
Por ello, la visita frecuente al dentista es importante. El profesional de la odontología está formado y entrenado para detectar lesiones que son esquivas a los inexpertos. De todas maneras, ante una molestia, aunque pequeña, hay que ir al odontólogo.
El especialista hará el diagnóstico basado fundamentalmente en la anamnesis (datos de la historia del paciente) y el examen clínico de la lesión.
Pero es posible aprender a estar alerta ante su manifestación. La estomatitis aftosa recurrente o recidivante (EAR), también llamada aftosis oral o simplemente aftas, es inflamatoria crónica caracterizada por la aparición de brotes de lesiones aftosas en la mucosa bucal.
Se presenta en forma de lesiones únicas o múltiples casi muy siempre pequeñas, poco profundas, erosivas, dolorosas, de aparición súbita, inicialmente necróticas y de carácter recidivante.
Esas lesiones pueden persistir por días o semanas, por lo que pueden ser detectables por la persona, y generalmente se curan sin cicatrización ni evidencia de su existencia previa.
