La mala mordida se manifiesta de diferentes formas, y generalmente son dolorosas, por lo que te darás cuenta muy rápido si algo anda mal.
Los síntomas de la maloclusión incluyen dolor de dientes, dolor de mandíbula, sensibilidad al frío o al calor, malestar al morder o masticar, o incluso al respirar por la boca.
La razón es que la boca no cierra correctamente si los dientes no encajan como es debido, los superiores ligeramente por delante de los inferiores.
La buena posición de la dentadura y los dientes alineados impide las mordidas o pellizcos de las mejillas y los labios, y que los dientes inferiores protejan la lengua.
Si existe una maloclusión, lo ideal es corregirla de inmediato, porque alinear los dientes reduce la posibilidad de sufrir enfermedad periodontal, ya que facilita la limpieza de todas las piezas y, especialmente, de los espacios interdentales.
Las encías son el soporte de la dentadura, de manera que si hay espacios por la desalineación, la comida puede acumularse y se generan bacterias que atacan directamente la encía.
