La cantidad de desechos sólidos, sobre todo de plástico, que lanzamos al planeta cada vez que no sirven es grande. Se calcula que una persona bota 300 cepillos dentales durante su vida, y hay que sumarle tubos de pasta, hilo dental, frascos de enjuague y cada uno de sus empaques.
Y hay más: un cepillo convencional tarda unos 400 años en degradarse; algunas pastas contienen microplásticos que de llegar a los ríos u océanos afectan a millones de especies animales y vegetales; el hilo dental está hecho de nailon; y los envases de enjuague bucal se suman a los millones de botellas plásticas que tanto afectan al ambiente.
Pero hoy se pueden conseguir opciones amigables con el medioambiente sin poner en riesgo la salud bucal.
-Cambia el cepillo dental plástico por uno biodegradable. Estos tardan unos 2 años en degradarse y al ser de materiales naturales, son más amigables con el ambiente.
-Elige una pasta dental ecológica. Además de no contener sustancias contaminantes, muchas vienen en empaques de vidrio o reutilizables.
-Prefiere un enjuague bucal que venga en envase de vidrio.
